Los impuestos reales son aquellos que se aplican sobre bienes y propiedades tangibles. Estos impuestos gravan la posesión o la transferencia de bienes reales, como terrenos, inmuebles, vehículos y otras propiedades materiales.

Uno de los impuestos reales más conocidos es el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI), que se utiliza para gravar la propiedad de viviendas, locales comerciales y otros inmuebles. Este impuesto se calcula en función del valor catastral del inmueble y puede variar según el municipio.

Otro impuesto real muy común es el impuesto sobre transmisiones patrimoniales (ITP), que grava la compraventa de bienes inmuebles y la transmisión de derechos reales sobre los mismos. Este impuesto se aplica al valor del inmueble y puede ser progresivo, es decir, aumentar a medida que aumenta el valor de la transmisión.

Además, existe el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica, conocido como impuesto de circulación, que grava la posesión o el uso de vehículos automóviles. Este impuesto se paga anualmente y su cuantía depende de factores como la cilindrada del vehículo, su antigüedad y el municipio donde esté matriculado.

En resumen, los impuestos reales son aquellos que se aplican sobre bienes y propiedades tangibles, como inmuebles y vehículos. Algunos de los impuestos reales más comunes son el IBI, el ITP y el impuesto de circulación.