¿Qué diferencia hay entre fracción respirable y fracción inhalable?
La fracción respirable y la fracción inhalable son dos conceptos fundamentales en la evaluación de la calidad del aire. La fracción respirable se refiere a las partículas suspendidas en el aire que son lo suficientemente pequeñas como para ser inhaladas y alcanzar los pulmones. Por otro lado, la fracción inhalable incluye partículas más grandes que pueden llegar hasta la región nasal o la faringe, pero no alcanzan los pulmones.
Es importante tener en cuenta que la fracción respirable representa un mayor riesgo para la salud, ya que estas partículas finas pueden penetrar profundamente en los pulmones y causar daños a nivel respiratorio. Por el contrario, la fracción inhalable puede ser filtrada por el sistema respiratorio superior y eliminada antes de llegar a los pulmones.
En resumen, la diferencia principal entre la fracción respirable y la fracción inhalable radica en el tamaño de las partículas y en la profundidad a la que pueden llegar en el sistema respiratorio. Por lo tanto, es crucial monitorear y controlar ambas fracciones para proteger la salud de las personas expuestas a la contaminación del aire.
¿Qué son las partículas respirables?
Las partículas respirables son pequeñas partículas sólidas o líquidas en el aire que pueden ser inhaladas por las personas. Estas partículas pueden incluir polvo, bacterias, hongos, polen, humo, cenizas, entre otros componentes. La exposición a largo plazo a estas partículas puede tener efectos negativos en la salud, especialmente en el sistema respiratorio y cardiovascular.
Existen diferentes tamaños de partículas respirables, algunas pueden llegar a los pulmones y otras pueden incluso alcanzar el torrente sanguíneo. Las partículas más pequeñas, como las PM2.5, pueden causar problemas de salud más graves ya que pueden ser inhaladas profundamente en los pulmones y causar enfermedades respiratorias crónicas.
Es importante monitorear y controlar la exposición a partículas respirables para proteger la salud de las personas, especialmente en áreas contaminadas por la industria, el tráfico vehicular o la quema de biomasa. El uso de mascarillas y la ventilación adecuada en espacios interiores también pueden ayudar a reducir la inhalación de estas partículas y mantener la salud respiratoria en óptimas condiciones.